Quienes conocen la historia de este blog, amén de pintar algunas canas, sabrán que la «parte operativa» del mismo, amén de quien les habla, estaba a cargo de Jorge Posada, Ana Claudia Díaz, las «críticas» (¿cómo las llamo?) de Diego L. García y los brillantes chispazos aportados en cada luna llena por Luis Eduardo García. Pero detrás de esa «oficina» que funcionó puntual y diligente cruzando el umbral de un trampantojo había otra, igual de imaginaria. En ella nos reuníamos —sin horario y, al menos tres veces por semana, con Ángel Ortuño —el aroma de su ausencia arreció con mayor intensidad en estos días, razón de ser de este post— y, siempre que le era posible, también con Luis Alberto Arellano. Una triada a la que, seguramente, las fuerzas wokes habrían empalado por su analfabetismo congénito frente a todo lo que concernía a la «corrección política».
Con Ángel conversábamos sobre sobre algún autor que alguno de los dos había descubierto y esa conversación, cómplice y fraterna desde la “primera letra”, era capaz de conjugar la crítica más ácida (e impublicable) con una especie de lirismo automático –muchas de esas conversaciones Ángel las transformó en “poemitas” de la forma más descarada. Yo aún no puedo separar a Ortuño, aquel del “Caballito cerrero”, del poeta.
Ángel (permíteme decir ES) uno de los pocos seres humanos donde no mediaba el «poeta», ese oscuro personaje. A raíz de su partida, su última broma, muy poco afortunada, escribí un post comentando que a los amigos debíamos homenajearlos en vida. Con él pude hacerlo. Como se lo dije cuando estuvimos juntos en Guadalajara: «vine a presentar el libro, pero, también, y sobre todo, a darte un abrazo». Obviamente Ángel no supo cómo reaccionar. O no quiso hacerlo, los afectos no iban bien con su señorial iconoclastia.
Si Ángel leyera lo que estoy escribiendo inmediatamente me haría perder el hilo del discurso arguyendo algo así como: “cabrón, si quieres conversar no te olvides de la ouija”.
Cuando, en los últimos tiempos, me quejaba con él por el confinamiento y ese estar encerrados, sólo comentó: “La ventaja de mi habitual desorientación (sin mencionar mi innata propensión al dolce far niente) es que yo siento como si sólo hubiera sido un sábado algo largo”. Una vez que emprendí decidido el retorno de Transtierros, después de conversarlo con Ana Claudia, y aún me pasa, sentí, siento aún, que falta algo: las risas compartidas con Ángel cada semana, leer los nombres de Flor, Ximena y Lucía del Carmen, o comentar sobre alguna de las películas que a él tanto fascinaban y que a mí me parecían atroces.
RADIO REDENCIÓN
A veces
cometemos errores y alguien muere
¿A eso
le llamas
lastimar? La pequeña
niñita que perdió sus corderos podría hacerlo mejor.
¿Es acaso
correcto que nadie abra la boca
y no te atrevas
a comer más azúcar porque así se construyen
las casas
de las brujas
o se cortan
trajes de emperadores cuando no entiendes
nada?
Tendrías que estar aullando pero la cantidad
de veneno
resultó insuficiente
era cianuro y siempre pesa
el recuerdo de los campos de exterminio.
¿Te parece bonito? Su venta y uso
están estrictamente regulados por la ley.
Tenemos diferencias
en cuanto a la naturaleza de la expiación.
Si Dios existe
caminaré al infierno para exigir
que me devuelvan mi
dinero
AVENTURAS DE UNA NEGRA EN BUSCA
DE DIOS
que ha golpeado
Incluso
el más pequeño o sobre todo él
es como estar más cerca.
Sabe que Dios la huele
y se esconde Su miedo
se asemeja a un gran árbol sin
hojas
pero nadie diría
con las ramas desnudas
porque ella es feroz cuando está
así
LOS ALBINOS TRAEN SUERTE
una herida profunda.
Para beber su sangre porque hay que cuidar
la salud (un tesoro
confiado a ese fantasma
detrás del que ahora corren
mientras siga con vida para secar
sus ojos
que son
el verdadero origen del polvo de unicornio).
Si van a presentarse
altos ejecutivos
y no todo está en orden. Incluso
no te quieren
y se ponen zapatos de tacón
para pisar tus manos mientras fuman:
femeninos
superlativos
plurales y hablantes
de lenguas americanas en extinción.
En Burundi
Tanzania
o Kenia pocos pueden comprarlos.
Pero bastan
DIOS ESTÁ EN TODAS PARTES
una cámara de video
en mi zapato. Una especie
de espejo,
para que me entiendan.
Más
un gato de nueve colas
que un truco
de espionaje industrial.
El plan era sencillo
(y mientras tanto
que arda Pasifae dentro del toro
porque aún quedan
agravios por vengar):
Te acercas por la espalda.
Siempre tienen
las piernas abiertas. Lo hacen
a propósito.
(¿Ya no te parezco
tan aburrida, amor?)
Tú eres instrumento del castigo.
Una tribu de asirios
y el prurito
de un corazón en llamas
mientras san Nicolás
aterroriza a Holanda
caído de la gracia como una flor de estufa
entre las fluctuaciones de los linces
y liebres.
SUPONGAMOS QUE USTED NO ES UN
CORRUPTO
Dedicado al deterioro
con tal vez algún efecto
secundario
cercano al melodrama por
contaminación
porque cualquier relieve
aunque el piso esté sucio es
escenario
y ya todos se aburren
Es igual de barato que los
cuerpos
apilados a manera de escala
en las manchas de humedad con
escenas más grandes
y complejas
como cuando compara ciudades
o despliega fotos satelitales
y cartas del tarot mientras
pasean en triunfo a los
ladrones.
¿Qué le sucede y qué
puedo hacer
para remediarlo?
Todo se vende en Roma: la espalda
musculosa o la licencia
que permite operar una farmacia
desde hace ahora más de dos mil
años
(De Perlesía)
ESTE
HOTEL ES UNA dE LAS SIETE PUERTAS dEL INFIERNO
advierte: de pronto
en el pasillo de cereales
la voz de las ofertas dice una profecía
o la señora anciana se desnuda
y sonríe.
Las ondas cerebrales de un cadáver
no son una explicación racional.
CUATRO
AZAFATAS TRANSEXUALES EN SU PRIMER vUELO
Queremos que el sufrimiento
no sea actuado. La pobreza
real
y perdurable como si lo golpearan
con carne congelada.
Por hoy tiene permiso para destruirlo todo
por 60 minutos
y dentro de este edificio abandonado.
¿Que su oficio es arder?
Lo conozco:
Primero guarda en su boca gasolina
sin tragarla
para luego escupir hacia la antorcha.
Puede conservar todas las monedas
que le den.
MISS
Mi tarea
—lo juro—
se la ha comido un perro.
Y eso que mucha gente
—lo investigué— no sabe
o dice que no teme sufrir
algún contagio.
El vector
es un mosco
—es la primera frase.
Y luego risotadas, tal vez
algunas toses
fingidas y piadosas.
TEMAS dE
PERMANENTE ACTUALIDAD PARA QUIEN TIENE PRISA
hablan de la telepatía en 25 000
palabras.
Pero usted puede ahorrárselas
gracias a la ciencia
que le pondrá una antena en la
cabeza,
luego medias de red
y unos zapatos que no pretenden
ser un curso práctico de
equilibrio
sino algo terriblemente salvaje
como tazas de té que juegan en el
cielo
a esa batalla luego de la cual
este planeta fue esclavizado
BUENA SUERTE
novecientos cuarenta y cinco
una señora habló por teléfono
para preguntar
si ya era el fin del mundo
porque llovían ejotes afuera de
su casa.
El mes anterior
habían caído del cielo cientos
de conejos
pero
nadie
creyó
que fueran algo malo.
CUIdAdO
CON EL PERRO
Otros dicen que ladran, pero yo
no sé qué sea eso.
Escucho que amenazan:
si te acercas, te muerdo.
DICIEMBRE DISMEMBER
Evadida con pulcritud aparente la
tentación
de limitarse a describir esa
fotografía que
ilustra el álbum (ergo el
procedimiento
conocido de versificación y
escamoteo), el
siguiente tropiezo no querrás
sino darlo, una
serie de palabras cruzadas sobre
imágenes
donde las secreciones corporales
preludian
la autofagia de Heliogábalo (sin
duda es
divertido cuando le ocurre a
otros)
BLACK WATER
No me refiero a esos desfiles
donde
al destornillador lo siguen las
almejas
o las bulas papales. La sorpresa
fingida:
¿Ya está puesta la mesa? Y en
lugar de cubiertos
las avispas.
Ni siquiera diría que puedo
recordarlo.
Apenas la molestia
de quien toma café
y dejara de hacerlo algunos días
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