Uno de los regalos que me llevé luego de (casi) diez
años de lectura dedicados a ciertas escrituras españolas fue conocer —a través
del pulso de su letra — a
Ruth Llana, Ruth es una escritora asturiana, autora tiembla (Premio
“Federico García Lorca” de la Universidad de Granada 2013; Point de Lunettes,
2014), estructuras (Ejemplar Único, 2015), cuaderno pictórico
realizado en colaboración con el artista plástico Gabriel Viñals, y umbral (Malasangre,
2017) y La primavera del saguaro (2021)Traductora al castellano
de Me encantan los artistas/I Love Artists (2019) de la poeta chino
estadounidense Mei-mei Berssenbrugge, al inglés junto a Jesse Lee
Kercheval For the Seals/Para las focas (2019) de Juan Manuel Sánchez. Actualmente,
por lo que sé, Ruth, quien se desempeña como columnista en el suplemento de La
Nueva España, de no haberlo hecho ya,
finaliza sus estudios de
doctorado en Estados Unidos. Pero eso no me interesa,
me importan más la atmósferas que Ruth fue capaz de dejar en mí. Sería muy
mezquino no compartirlas.
MM
Deseo de ser arquero
Nace
para ser caballo ilota y relámpago y cartón y olor y tiembla tierra tiembla.
Nacer para ser soplo de vida aliento, crin al galope vienen los cerros hacia mí
- hacia ellos nos desplazamos nosotros, violentamente luces, esclavos. Golpe
percutido (de los ojos negros sin sombra).
Respira
la pausa por todo destino lo que se va, consuelo buscado en los golpes de las
pezuñas contra el polvo, mantiene su memoria en las rodillas de los elefantes.
Río
que trascurre, la mano del oso descubre en el interior del agua (reflejo en los
ojos negros del deseo de ser crin y galope, espíritu, garra, nutria)
Golpe
del suelo en los cascotes, golpe del suelo en los pies alargados hacia las
estrellas (hacia los muertos).
Voy
hacia los muertos, hacia los grandes cañones del desierto. Las plantas señalan
el hogar del nacimiento. Para ser, momento antes, miedo hormigón tiembla.
Deseo,
dirección, deseo; hacia donde voy los muertos como nutrias disparan sus arcos,
y tiembla como retrocedo, voy con los muertos con la piel misma de los pies
quemada, una superficie tras otra, tras otra la misma, el mismo miedo, peso que se pronuncia de correr descalzo hacia mí
corren los lugares descalzos, hacia mí los muertos descalzos yo hacia los muertos descalzo.
De Tiembla,
2014
Historia del sueño: Clara, el huevo y la gallina
Hubo
un lugar para que Clara viera a la gallina y se detuviera como el rastro del
sueño, y mirara el alimento a partir de un huevo narrada la historia y la
semilla perdurada donde estuvo, “quien lo recoja sea su alimento”, pero dentro
aún de la gallina nadie podrá tomarlo y entonces elegida será para ser, sueño
en el vientre de Clara, clara para la gallina que mirará donde se detuvo,
dentro del sueño, clara que devora el huevo, pelícano que devora a clara, en el
huevo la gallina su estómago, mira antes del pollo, clara, en la tierra, su
deseo, primordiales los restos tocarán la cara de clara, se asegurarán de la
necesidad de su suerte, y será la yema deshecha en sus sueños lo que se lleven;
y venga la gallina a picotear los hijos de clara, en el campo deshecho sueñe
yerma y amarilla se deshace color, clara que se deshace, tiembla la cáscara,
mire la gallina donde se detenga, el pelícano sus plumas su alimento, digan la
gallina en el campo deshecho, abran las bocas sobre su cara, traguen el huevo,
traguen a clara, su camino de huellas inventado por los hijos y en su vientre
la suerte y la marca la voluntad de la patria, casa y herrumbre demolidas en
sus cimientos, quemadas en sus paredes, el campo destruido y la gallina que se
alimenta, los ojos de la gallina que quieta, miran a clara, clara que niña
aprieta al pollo contra su pecho y lo asfixia en la legión extranjera de su
seno; alimentará las ruinas con sus piernas quemadas a los hijos con sus ojos
ciegos y el resto de su carne, finja las tierras que no pudo darse en el sueño
y la demolición paulatina de su deseo quede encubierta bajo el mismo pecho que
escondió la muerte a los niños; mire clara a la gallina su mirada puesta en el
fruto de su vientre, la cáscara que todos esconden, sabrá ver la forma en las ruinas
para cuando el sueño se acabe, y al despertar la yema en los dedos, mentirá
también ante ellos la gallina por no saber hacerla.
De Tiembla,
2014
Y la que desprendida si te
vio/nacer/para quién/sino cómo tocarte y hacerte preguntas, sino cómo acercarte
si no puedo/me/acercar/por el corte abrupto de la/disolución/vieron sus huellas
y les dieron caza/los conejos como un tambor sirvieron/al busto subir/la ladera
trepar/célula de luz en el resquicio/un ojo lentamente/“Acércate aquí, no
tengas miedo”/primera célula, hermana/hermanito de mí/en un momento descriptivo
sorprendes las manos sobre el pelaje/pero el animal había disminuido su tamaño
dos centímetros/“para ti”/ y las cabezas reposaban quietas sobre la pared/como
la culpa te sobrevino el movimiento/me alejé/como una ladera me sobrevino la
luz/y con ella la oscuridad/tiemblo de miedo/temo no/mis manos sean la
oscuridad/la penumbra/ciega/dibujan a lázaro pero su sepulcro perforado, la
tierra rojiza que imagino/jerusalem/con las manos en la niebla tanteo/tu
rostro/y los cien rostros de dios/con mis manos hagan la oscuridad/acometer/con
la memoria en las manos/retorcer/esto oponer/tiembla mudar/frente/volumen del
rostro, nariz cuello ojos, párpados de dios, manos de dios/lo que no fue tocado
no será manchado/lo que mis manos no tantearon/lo que a dios no fue dado/el
rostro del hermano será/para mí/sepulcro y lázaro/“camina”/ven hacia mí/hijo,
no tengas/sea así en la oscuridad.
De Umbral, 2017
delicado animal sueñas tu muerte tus patas tu
desaparición tu olor sueñas
que tiembla que se abre la tierra / muy dentro de ti
que aún tiernas ella pisa las flores con la sensación
de no perder absolutamente nada
que aquello va a ser eterno “piensa” pero yo me río
desde aquí porque sé cuánto fue el peso
y que ahora ella tiene que cargar con ello, y lo sé
porque lo veo aquí, / muy dentro de mí
aún cabes agazapado animalito “pienso”
pero animalito no piensa y en el salto desaparece
en su indolencia yo conseguí conmoverme porque a mi
edad no solo conseguí restarme el nombre, sino también todo lo demás y lo que
nunca había escrito para nadie
así el animalito no demostró su paciencia en esperarla
cuando ella todavía se sentía tranquila “me esperará” se decía, pero aquello
era otra cosa “pienso”
ahora cuando nada es reparable cuando el cuerpo del
animalito es por fin nada, una nada obtusa en mi mente que no consigue fino
hilo de nada, tampoco, nada
Suena como un eco, “no lo oigo” “¿no lo oyes?” me digo,
pero qué buena niña estoy hecha, apenas obedezco mis propias leyes. No amaré.
Estuvo todo escrito y no supe leerlo.
“ella morirá” “tú también
morirás” fui tan consciente que se me cayó la loza al suelo y fue mi mirada de
terror en el espejo estratégicamente colocado lo que, sin esperarlo, me
devolvió a la cerámica rota, a la postura del cuerpo erguida pero retorcida en
una miseria, porque descalza yo recogía aquellos pedazos que parecían “me
reflejaba, te lo juro mamá, me reflejaban” aunque la cerámica opaca quizás esa
retina, no lo sé. Así mi cuerpo doblegado al silencio de la ruptura, de soltar
la pertenencia entre las manos, fue todo aquello el momento en el que no pude
sino hacer otra cosa diferente que darme cuenta y dejarlo caer también en
silencio, resbalar como resbalaría yo entre mis propias manos, o el animalito
ardiendo a mil kilómetros de mí, que fue quien vino a visitarme, se reflejó en
mi cara, me dijo:
De Umbral, 2017
You don’t have to consume the space to exist, distance, point-to-point,
in which a beloved ruin is middle ground, for example.
«Permanent Home», Mei-mei Berssenbrugge
Perder una casa no por
cataclismo o inundación, sino por enajenación de los materiales, por distancia
entre las paredes, mal calculada, como posición entre el dedo y el rostro, como
columna que sostiene la estructura.
Perder una casa por inanición,
por plaga, polilla en las vigas. Perder una casa por ojos, por constancia.
Perder una casa por ti, por ruptura, por balance.
Como fisura como arriendo como
perdura
Perder una casa por temblor de
tierra, por alejamiento entre las vigas, por falta de luz, por ceguera. Perder
una casa por depravación y enfermedad, por soledad, por atmósfera, por humedad
en las esquinas superiores de la sala; perder por vértigo, por maltrato, por
abandono, por ocultación; perder por caída en el asfalto, por accidente, por
lluvia continuada sobre las tejas, por ladrido de perro, por dejadez.
Una casa por necesidad, por
pared contra pared, por ventana de aislamiento, por muebles de madera noble,
por decoración y lujo. Una
Una casa por demolición y
herencia, por robo. Una casa por un plato de lentejas. Una casa por golpe de
quijada de asno.
Perder una ruina por una
ruina. Por el canto de una moneda. Por el filo de un diente perder
por consunción una casa
un pedazo de
tierra
De estructuras, 2015
Cantos
lima el neandertal
estalactita el pasado se perfuma de
rosas tenues un animal otro animal
parecen pasar el olor de la tierra se
desdibuja en el color de las praderas verdes
en la piedra algún animal algún rostro alguna repetición
el neandertal lima con fuerza
la pared y la roca fresca el
neandertal mira al final de la cueva
altramuz que se lleva a la boca
se oyen golpear redondearse las formas de los cuerpos sobre
la sabana su estepa su pangea de un futuro estrecho y la arena se levanta y
brillan sus pezuñas y frutos en verano
caen del árbol y todo es golpe cincel contra la roca golpe y animal
que trota golpe y animal cambia su rostro por otro más viejo por otro más nuevo primer arma estrecha su mano contra la
piedra el neandertal lima la sonrisa
enemiga con el olor de la hierba tenue
las estelas se desdibujan sólo
los animales quedan y boca arriba suspiran y boca arriba quedan
y van quedando en continuidades cantos
que se golpean
De estructuras, 2015
Creencia
no anida sino que desmembra. Quien todo lo sabe se acerca,
interrumpe, toma asiento. El modo en que entra en la sala es un reflejo de un
muestrario más grande más obtuso que de costumbre. Hubo aprendido la raíz antes
del brote, por ello no era más que esa presencia que se queda quieta si no
respondes. Aprendimos a describir según qué alfabetos según qué oraciones
pensando en retícula en armazón en la figura de una tortuga. Pensar que
cortar animal iba a ser de algún modo viaje o distanciamiento o salmo. El
animal no es el animal, no es el hombre el hombre. Si pienso demasiado las
palabras no las digo, no me refiero a la primera persona del singular o del
plural, no hay que pensar el lenguaje o el animal, hay categorías que no son a
través de lo que son. No me atrevo a decir “tacto” porque le quito su propiedad
su gesto. Lo que tiene para mí. No digo tacto.
Descripción
no anida no desfigura sino que
desmembra. Aprender el modo de la urdimbre la elaboración de un telar humedece
el hilo vibra como una corona cabe
dejar un espacio para respirar a la par que se intercala no describo las manos porque describir
es el simulacro de la posesión – el simulacro no es el simulacro de decir ya no cuenta no se refiere a la primera persona del
plural se refiere a la escritura que se apropia como ajena como señal lo que no es tuyo no se sucede no se
continúa como señal se aprende el
hilar el modo su gesticulación donde
colocar las manos se produce un
sonido el del cuerpo muerto el de la comida pudriéndose pero no quiero describirlo porque
describir es anular su nombre
Nombra
lo que existe por
contraposición a lo que se nombra a lo que se sabe si digo “me golpeaste”
reproduzco la imagen y la negación de la imagen “no me golpeaste” pero también
“quizás fui golpeada” o quizás “tú fuiste golpeado” es decir todas las personas
que hablan y las que no hablan y las que hablan a medias están aquí reunidas
para golpearte para producir a la manera repetida golpe golpe sobre ti desde su
mínima hasta su máxima desde el fruto hasta la semilla que no es su reverso su
antítesis su felicidad incluso porque a través de eso su y tu felicidad por
golpearte o por no golpearte que eso sea: una caricia un arbusto desde el fruto
a la semilla desde la apología del terror hasta el alarido que es en sí mismo
por permitirse una atrocidad un elemento tan destructivo como el amor y su
reverso su golpe su posesión su ceñido al cuello el olor de una alegría extrema
hasta el punto de que eso se convierte también en un humedal que no cristaliza
sino que empantana que te convierte en el demonio dentro de ti otra que
escribe a través de una cursiva tus mismas letras porque no necesita ser la
que se diferencia tienes el demonio
dentro de ti, dijo y construyó al demonio pero también al no demonio a su no
habitación “te dejo una marca en la cara los cabellos de caín las ropas de
caín” asume el peligro voraz pero también el no peligro con su no voracidad
sin saber qué es lo que se nombra porque a través de eso aparece lo que miento
lo que es escrito desde la negatividad del estómago no es estómago si es que
puede desposeer y poseer a los pares a los que se multiplican a lo que no
aparece ni está muerto ni es ceniza dentro de un animal (un pez) en un río que
no es omisión es realización de un sueño y un deseo y una infinidad de cosas
que, en la medida en que son, tampoco
(inéditos)
_ _ _
_ _ _
No
anida no desfigura no desmembra. Urde anida desfiguración explosión de estructuras. El
amante que se parece que conserva el nombre de aquel en quien se refleja.
Hereda nombre postura manera en que el sol tiñe su piel y no la tiñe.
Hacia ese altar se encaminan
los pares y sus dobles el hallazgo y el
temor la mano que se dirige hacia la
piel tensa como un golpe en el tambor
continuando una estirpe a través del daño su miedo convendrá al fruto su no fruto su
no recogido pero henchido entre los labios
con radicalidad y su rotundidad
su dispersión su profundidad el
olor de la rosa sobre la cabeza se transforma en una imagen hace mil grietas todo lo que la llame se convertirá en
espacio seguido de
un temor su no rotundidad su
no espacio su
Por caridad
“por caridad hay que destruir
el lenguaje” porque el lenguaje no tiene forma, me dijiste, porque el amor no
tiene forma; en su asimetría es completamente simétrico, me repetiste,
subrayando la idea de lo absoluto en lo parcial, la idea de la caridad en lo
deforme, como única solución a la ausencia de sintaxis.
Y así todo, tu discurso era
abrumadoramente léxico, abrumadoramente tú o yo, primeras o segundas personas,
orden y conflicto; y eso último era lo que a mí me interesaba. Pensaba en el
orden de las letras para formar palabras, en el orden de los planetas para
producir su ruido. Había también un orden de rostro, una gramaticalidad de los
rasgos. Si hay orden todo puede ser aprendido a través de su lógica, me dije.
Pero a mí me interesaba el conflicto. Y quise hacer de tu discurso algo
conflictivo diciendo tú en vez de decir yo, remontándome a la posición de los
planetas, a la medición de un tiempo, de un espacio, de un movimiento. Tenía
que haber una manera de narrar la memoria sin registrarla, haciendo una red
donde se quedasen los peces, observar el túmulo feroz, la forma de acumularse
de las montañas, su corte cuando las cataratas caen y continuas, lo que va por
debajo del agua, ahí hay gramaticalidad, pero yo, pero tú, inviertes en
desorden.
Y todo esto lo hacíamos con
caridad. Nosotras nos reunimos por caridad alrededor del lenguaje para hacerlo
incomprensible para devolverlo a la tierra. El lenguaje era absoluto y animal,
era por ello incompleto amor y deforme. Los rostros eran agramaticales y no
capaces de resolverlos, como fórmulas matemáticas, los rasgos dan otro nombre.
Y así, tú y yo nos reunimos por amor pero nos reunimos por su despojo. Y
tomamos lo que podía tomarse, y lo reunimos en pequeñas piezas de cerámica, y
todo tenía un sobrenombre, como “todo”, como “suma”, como “caridad”.
Reconocimos una fuerza mayor que los empujaba a formarse, así como el agua
dibujaba siempre las mismas ondas tras el lanzamiento de piedra.
“Por caridad me sentaba a tu
lado, porque hoy reconocí que el amor era deforme y, aunque fue tarde, sigo
sentada a tu lado porque existe ese orden lineal del tiempo”. Sigo sentada y te
pongo música y conversamos y te explico el modo en que las cosas se ordenan y
porqué yo sigo sentada aquí y porqué aquí es cualquier sitio pero a la vez un
lugar concreto y porqué tú aquí y no afuera y porqué ese orden. Pero no sé
explicarte por qué la memoria, por qué no reconoces la jerarquía del rostro. No
supe explicártelo entonces, no sé explicártelo ahora. La piedra cae al agua.
Tiene sentido. Por caridad el lenguaje se bastaba a sí mismo, y colmaba
nuestras necesidades, pero llegado un tiempo se hizo incomprensible y hube de
buscar un modo distinto de lanzar la piedra de tocar el agua sin el orden de
los acontecimientos, sin acontecimientos, sin agua ni piedra, llegar hasta ti.
El lenguaje perdió caridad con el tiempo, un tiempo inverso y modificado al tomar conciencia de sí mismo, por caridad de sí. Por nosotros hubo destrucción hubo reflejo deforme de la seña; hubo negación de la jerarquía su consecuente pérdida de memoria. Hubo cierto encanto y enorme explosión de alegría, hubo olor de rosa y marchita cómo aguantó la noche, el olor de la hierba no tenía orden lo descubrí y acudí al claro y tú acudiste al claro; una dispersión enorme nos aconteció y nada tenía sentido ni lo necesitaba, porque estábamos renunciados estábamos renunciados y eso tenía sentido.
* Me animé a que los textos de Ruth aparezcan acompañadas con imágenes de filmes de Andrei Tarkovski, ¿por qué las imágenes de uno me llevan al otro? El orden de los factores no altera el sentido.