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jueves, 9 de octubre de 2025

EMOTIONAL RESCUE: RUTH LLANA. EL PASADO SE PERFUMA DE ROSAS TENUES

 


Uno de los regalos que me llevé luego de (casi) diez años de lectura dedicados a ciertas escrituras españolas fue conocer —a través del pulso de su letra — a Ruth Llana, Ruth es una escritora asturiana, autora tiembla (Premio “Federico García Lorca” de la Universidad de Granada 2013; Point de Lunettes, 2014), estructuras (Ejemplar Único, 2015), cuaderno pictórico realizado en colaboración con el artista plástico Gabriel Viñals, y umbral (Malasangre, 2017) y La primavera del saguaro (2021)Traductora  al castellano de Me encantan los artistas/I Love Artists (2019) de la poeta chino estadounidense Mei-mei Berssenbrugge, al inglés junto a Jesse Lee Kercheval For the Seals/Para las focas (2019) de Juan Manuel Sánchez. Actualmente, por lo que sé, Ruth, quien se desempeña como columnista en el suplemento de La Nueva España, de no haberlo hecho ya, finaliza sus estudios de doctorado en Estados Unidos. Pero eso no me interesa, me importan más la atmósferas que Ruth fue capaz de dejar en mí. Sería muy mezquino no compartirlas.

MM



Deseo de ser arquero

Nace para ser caballo ilota y relámpago y cartón y olor y tiembla tierra tiembla. Nacer para ser soplo de vida aliento, crin al galope vienen los cerros hacia mí - hacia ellos nos desplazamos nosotros, violentamente luces, esclavos. Golpe percutido (de los ojos negros sin sombra).

Respira la pausa por todo destino lo que se va, consuelo buscado en los golpes de las pezuñas contra el polvo, mantiene su memoria en las rodillas de los elefantes.

Río que trascurre, la mano del oso descubre en el interior del agua (reflejo en los ojos negros del deseo de ser crin y galope, espíritu, garra, nutria)

Golpe del suelo en los cascotes, golpe del suelo en los pies alargados hacia las estrellas (hacia los muertos).

 

Voy hacia los muertos, hacia los grandes cañones del desierto. Las plantas señalan el hogar del nacimiento. Para ser, momento antes, miedo hormigón tiembla.

 

Deseo, dirección, deseo; hacia donde voy los muertos como nutrias disparan sus arcos, y tiembla como retrocedo, voy con los muertos con la piel misma de los pies quemada, una superficie tras otra, tras otra la misma, el mismo miedo, peso que  se pronuncia de correr descalzo hacia mí corren los lugares descalzos, hacia mí los muertos descalzos  yo hacia los muertos  descalzo.

 

De Tiembla, 2014







Historia del sueño: Clara, el huevo y la gallina


Hubo un lugar para que Clara viera a la gallina y se detuviera como el rastro del sueño, y mirara el alimento a partir de un huevo narrada la historia y la semilla perdurada donde estuvo, “quien lo recoja sea su alimento”, pero dentro aún de la gallina nadie podrá tomarlo y entonces elegida será para ser, sueño en el vientre de Clara, clara para la gallina que mirará donde se detuvo, dentro del sueño, clara que devora el huevo, pelícano que devora a clara, en el huevo la gallina su estómago, mira antes del pollo, clara, en la tierra, su deseo, primordiales los restos tocarán la cara de clara, se asegurarán de la necesidad de su suerte, y será la yema deshecha en sus sueños lo que se lleven; y venga la gallina a picotear los hijos de clara, en el campo deshecho sueñe yerma y amarilla se deshace color, clara que se deshace, tiembla la cáscara, mire la gallina donde se detenga, el pelícano sus plumas su alimento, digan la gallina en el campo deshecho, abran las bocas sobre su cara, traguen el huevo, traguen a clara, su camino de huellas inventado por los hijos y en su vientre la suerte y la marca la voluntad de la patria, casa y herrumbre demolidas en sus cimientos, quemadas en sus paredes, el campo destruido y la gallina que se alimenta, los ojos de la gallina que quieta, miran a clara, clara que niña aprieta al pollo contra su pecho y lo asfixia en la legión extranjera de su seno; alimentará las ruinas con sus piernas quemadas a los hijos con sus ojos ciegos y el resto de su carne, finja las tierras que no pudo darse en el sueño y la demolición paulatina de su deseo quede encubierta bajo el mismo pecho que escondió la muerte a los niños; mire clara a la gallina su mirada puesta en el fruto de su vientre, la cáscara que todos esconden, sabrá ver la forma en las ruinas para cuando el sueño se acabe, y al despertar la yema en los dedos, mentirá también ante ellos la gallina por no saber hacerla.

De Tiembla, 2014

 

 


Y la que desprendida si te vio/nacer/para quién/sino cómo tocarte y hacerte preguntas, sino cómo acercarte si no puedo/me/acercar/por el corte abrupto de la/disolución/vieron sus huellas y les dieron caza/los conejos como un tambor sirvieron/al busto subir/la ladera trepar/célula de luz en el resquicio/un ojo lentamente/“Acércate aquí, no tengas miedo”/primera célula, hermana/hermanito de mí/en un momento descriptivo sorprendes las manos sobre el pelaje/pero el animal había disminuido su tamaño dos centímetros/“para ti”/ y las cabezas reposaban quietas sobre la pared/como la culpa te sobrevino el movimiento/me alejé/como una ladera me sobrevino la luz/y con ella la oscuridad/tiemblo de miedo/temo no/mis manos sean la oscuridad/la penumbra/ciega/dibujan a lázaro pero su sepulcro perforado, la tierra rojiza que imagino/jerusalem/con las manos en la niebla tanteo/tu rostro/y los cien rostros de dios/con mis manos hagan la oscuridad/acometer/con la memoria en las manos/retorcer/esto oponer/tiembla mudar/frente/volumen del rostro, nariz cuello ojos, párpados de dios, manos de dios/lo que no fue tocado no será manchado/lo que mis manos no tantearon/lo que a dios no fue dado/el rostro del hermano será/para mí/sepulcro y lázaro/“camina”/ven hacia mí/hijo, no tengas/sea así en la oscuridad.

 

De Umbral, 2017

 

 


delicado animal sueñas tu muerte tus patas tu desaparición tu olor sueñas

que tiembla que se abre la tierra / muy dentro de ti

que aún tiernas ella pisa las flores con la sensación de no perder absolutamente nada

que aquello va a ser eterno “piensa” pero yo me río desde aquí porque sé cuánto fue el peso

y que ahora ella tiene que cargar con ello, y lo sé porque lo veo aquí, / muy dentro de mí

 

aún cabes agazapado animalito “pienso”

pero animalito no piensa y en el salto desaparece

en su indolencia yo conseguí conmoverme porque a mi edad no solo conseguí restarme el nombre, sino también todo lo demás y lo que nunca había escrito para nadie

así el animalito no demostró su paciencia en esperarla cuando ella todavía se sentía tranquila “me esperará” se decía, pero aquello era otra cosa “pienso”

ahora cuando nada es reparable cuando el cuerpo del animalito es por fin nada, una nada obtusa en mi mente que no consigue fino hilo de nada, tampoco, nada

Suena como un eco, “no lo oigo” “¿no lo oyes?” me digo, pero qué buena niña estoy hecha, apenas obedezco mis propias leyes. No amaré. Estuvo todo escrito y no supe leerlo.

“ella morirá” “tú también morirás” fui tan consciente que se me cayó la loza al suelo y fue mi mirada de terror en el espejo estratégicamente colocado lo que, sin esperarlo, me devolvió a la cerámica rota, a la postura del cuerpo erguida pero retorcida en una miseria, porque descalza yo recogía aquellos pedazos que parecían “me reflejaba, te lo juro mamá, me reflejaban” aunque la cerámica opaca quizás esa retina, no lo sé. Así mi cuerpo doblegado al silencio de la ruptura, de soltar la pertenencia entre las manos, fue todo aquello el momento en el que no pude sino hacer otra cosa diferente que darme cuenta y dejarlo caer también en silencio, resbalar como resbalaría yo entre mis propias manos, o el animalito ardiendo a mil kilómetros de mí, que fue quien vino a visitarme, se reflejó en mi cara, me dijo:


De Umbral, 2017

 

 











You don’t have to consume the space to exist, distance, point-to-point, in which a beloved ruin is middle ground, for example.

«Permanent Home», Mei-mei Berssenbrugge

 

Perder una casa no por cataclismo o inundación, sino por enajenación de los materiales, por distancia entre las paredes, mal calculada, como posición entre el dedo y el rostro, como columna que sostiene la estructura.

Perder una casa por inanición, por plaga, polilla en las vigas. Perder una casa por ojos, por constancia. Perder una casa por ti, por ruptura, por balance.

Como fisura como arriendo como perdura

Perder una casa por temblor de tierra, por alejamiento entre las vigas, por falta de luz, por ceguera. Perder una casa por depravación y enfermedad, por soledad, por atmósfera, por humedad en las esquinas superiores de la sala; perder por vértigo, por maltrato, por abandono, por ocultación; perder por caída en el asfalto, por accidente, por lluvia continuada sobre las tejas, por ladrido de perro, por dejadez.

Una casa por necesidad, por pared contra pared, por ventana de aislamiento, por muebles de madera noble, por decoración y lujo. Una

Una casa por demolición y herencia, por robo. Una casa por un plato de lentejas. Una casa por golpe de quijada de asno.

Perder una ruina por una ruina. Por el canto de una moneda. Por el filo de un diente perder

por consunción   una casa   un  pedazo  de  tierra


De estructuras, 2015

 

Cantos

 

lima el neandertal estalactita    el pasado se perfuma de rosas tenues    un animal otro animal parecen pasar    el olor de la tierra se desdibuja en el color de las praderas verdes    en la piedra algún animal algún rostro alguna repetición

el neandertal lima con fuerza la pared y la roca fresca    el neandertal mira al final de la cueva    altramuz    que se lleva a la boca

se oyen golpear    redondearse las formas de los cuerpos sobre la sabana su estepa su pangea de un futuro estrecho y la arena se levanta y brillan sus pezuñas y    frutos en verano caen del árbol    y todo es    golpe cincel contra la roca golpe y animal que trota golpe y animal cambia su rostro por otro más viejo   por otro más nuevo    primer arma estrecha su mano contra la piedra    el neandertal lima la sonrisa enemiga con el olor de la hierba tenue    las estelas se desdibujan    sólo los animales    quedan    y boca arriba suspiran y boca arriba quedan y van quedando en continuidades    cantos que se golpean

 

De estructuras, 2015


 

Creencia

 

no anida sino que  desmembra. Quien todo lo sabe se acerca, interrumpe, toma asiento. El modo en que entra en la sala es un reflejo de un muestrario más grande más obtuso que de costumbre. Hubo aprendido la raíz antes del brote, por ello no era más que esa presencia que se queda quieta si no respondes. Aprendimos a describir según qué alfabetos según qué oraciones pensando en retícula en armazón en la figura de una tortuga. Pensar que cortar animal iba a ser de algún modo viaje o distanciamiento o salmo. El animal no es el animal, no es el hombre el hombre. Si pienso demasiado las palabras no las digo, no me refiero a la primera persona del singular o del plural, no hay que pensar el lenguaje o el animal, hay categorías que no son a través de lo que son. No me atrevo a decir “tacto” porque le quito su propiedad su gesto. Lo que tiene para mí. No digo tacto.

 

Descripción

 

no anida no desfigura sino que desmembra. Aprender el modo de la urdimbre la elaboración de un telar humedece el hilo vibra como una corona   cabe dejar un espacio para respirar a la par que se intercala    no describo las manos porque describir es el simulacro de la posesión – el simulacro no es el simulacro   de decir ya no cuenta   no se refiere a la primera persona del plural se refiere a la escritura que se apropia como ajena como señal   lo que no es tuyo no se sucede no se continúa   como señal se aprende el hilar el modo su gesticulación   donde colocar las manos   se produce un sonido   el del cuerpo muerto   el de la comida pudriéndose   pero no quiero describirlo porque describir es anular su nombre

 

Nombra

 

lo que existe por contraposición a lo que se nombra a lo que se sabe si digo “me golpeaste” reproduzco la imagen y la negación de la imagen “no me golpeaste” pero también “quizás fui golpeada” o quizás “tú fuiste golpeado” es decir todas las personas que hablan y las que no hablan y las que hablan a medias están aquí reunidas para golpearte para producir a la manera repetida golpe golpe sobre ti desde su mínima hasta su máxima desde el fruto hasta la semilla que no es su reverso su antítesis su felicidad incluso porque a través de eso su y tu felicidad por golpearte o por no golpearte que eso sea: una caricia un arbusto desde el fruto a la semilla desde la apología del terror hasta el alarido que es en sí mismo por permitirse una atrocidad un elemento tan destructivo como el amor y su reverso su golpe su posesión su ceñido al cuello el olor de una alegría extrema hasta el punto de que eso se convierte también en un humedal que no cristaliza sino que empantana que te convierte en el demonio dentro de ti otra que escribe a través de una cursiva tus mismas letras porque no necesita ser la que se diferencia  tienes el demonio dentro de ti, dijo y construyó al demonio pero también al no demonio a su no habitación “te dejo una marca en la cara los cabellos de caín las ropas de caín” asume el peligro voraz pero también el no peligro con su no voracidad sin saber qué es lo que se nombra porque a través de eso aparece lo que miento lo que es escrito desde la negatividad del estómago no es estómago si es que puede desposeer y poseer a los pares a los que se multiplican a lo que no aparece ni está muerto ni es ceniza dentro de un animal (un pez) en un río que no es omisión es realización de un sueño y un deseo y una infinidad de cosas que, en la medida en que son, tampoco


(inéditos)

 

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No anida no desfigura no desmembra. Urde anida desfiguración explosión de estructuras. El amante que se parece que conserva el nombre de aquel en quien se refleja. Hereda nombre postura manera en que el sol tiñe su piel y no la tiñe.

Hacia ese altar se encaminan los pares y sus dobles   el hallazgo y el temor   la mano que se dirige hacia la piel tensa como un golpe en el tambor   continuando una estirpe a través del daño   su miedo convendrá al fruto su no fruto su no recogido pero henchido entre los labios   con radicalidad y su rotundidad   su dispersión su profundidad   el olor de la rosa sobre la cabeza se transforma en   una imagen hace mil grietas   todo lo que la llame se convertirá en espacio seguido de   

 

 

 

un temor su no rotundidad su no espacio su

 

 

Por caridad

“por caridad hay que destruir el lenguaje” porque el lenguaje no tiene forma, me dijiste, porque el amor no tiene forma; en su asimetría es completamente simétrico, me repetiste, subrayando la idea de lo absoluto en lo parcial, la idea de la caridad en lo deforme, como única solución a la ausencia de sintaxis.

Y así todo, tu discurso era abrumadoramente léxico, abrumadoramente tú o yo, primeras o segundas personas, orden y conflicto; y eso último era lo que a mí me interesaba. Pensaba en el orden de las letras para formar palabras, en el orden de los planetas para producir su ruido. Había también un orden de rostro, una gramaticalidad de los rasgos. Si hay orden todo puede ser aprendido a través de su lógica, me dije. Pero a mí me interesaba el conflicto. Y quise hacer de tu discurso algo conflictivo diciendo tú en vez de decir yo, remontándome a la posición de los planetas, a la medición de un tiempo, de un espacio, de un movimiento. Tenía que haber una manera de narrar la memoria sin registrarla, haciendo una red donde se quedasen los peces, observar el túmulo feroz, la forma de acumularse de las montañas, su corte cuando las cataratas caen y continuas, lo que va por debajo del agua, ahí hay gramaticalidad, pero yo, pero tú, inviertes en desorden.

Y todo esto lo hacíamos con caridad. Nosotras nos reunimos por caridad alrededor del lenguaje para hacerlo incomprensible para devolverlo a la tierra. El lenguaje era absoluto y animal, era por ello incompleto amor y deforme. Los rostros eran agramaticales y no capaces de resolverlos, como fórmulas matemáticas, los rasgos dan otro nombre. Y así, tú y yo nos reunimos por amor pero nos reunimos por su despojo. Y tomamos lo que podía tomarse, y lo reunimos en pequeñas piezas de cerámica, y todo tenía un sobrenombre, como “todo”, como “suma”, como “caridad”. Reconocimos una fuerza mayor que los empujaba a formarse, así como el agua dibujaba siempre las mismas ondas tras el lanzamiento de piedra.
“Por caridad me sentaba a tu lado, porque hoy reconocí que el amor era deforme y, aunque fue tarde, sigo sentada a tu lado porque existe ese orden lineal del tiempo”. Sigo sentada y te pongo música y conversamos y te explico el modo en que las cosas se ordenan y porqué yo sigo sentada aquí y porqué aquí es cualquier sitio pero a la vez un lugar concreto y porqué tú aquí y no afuera y porqué ese orden. Pero no sé explicarte por qué la memoria, por qué no reconoces la jerarquía del rostro. No supe explicártelo entonces, no sé explicártelo ahora. La piedra cae al agua. Tiene sentido. Por caridad el lenguaje se bastaba a sí mismo, y colmaba nuestras necesidades, pero llegado un tiempo se hizo incomprensible y hube de buscar un modo distinto de lanzar la piedra de tocar el agua sin el orden de los acontecimientos, sin acontecimientos, sin agua ni piedra, llegar hasta ti.

El lenguaje perdió caridad con el tiempo, un tiempo inverso y modificado al tomar conciencia de sí mismo, por caridad de sí. Por nosotros hubo destrucción hubo reflejo deforme de la seña; hubo negación de la jerarquía su consecuente pérdida de memoria. Hubo cierto encanto y enorme explosión de alegría, hubo olor de rosa y marchita cómo aguantó la noche, el olor de la hierba no tenía orden lo descubrí y acudí al claro y tú acudiste al claro; una dispersión enorme nos aconteció y nada tenía sentido ni lo necesitaba, porque estábamos renunciados estábamos renunciados y eso tenía sentido.




* Me animé a que los textos de Ruth aparezcan acompañadas con imágenes de filmes de Andrei Tarkovski, ¿por qué las imágenes de uno me llevan al otro? El orden de los factores no altera el sentido.