—No considero que la
poesía sea el lenguaje de la mujer—aclara en una entrevista, Chus Pato a Eloy Rubio Carro. La poesía es el
lenguaje de los hombres, de las mujeres, de los transgéneros. ¿Cómo se va a
reducir la poesía a lo femenino? Es algo que a mí no me cabe en la cabeza. La
poesía es precisamente aquello que nos acerca al momento en que la especie
sapiens no hablaba, cuando comienza a hablar. Pienso que la poesía es la matriz
de todos los demás lenguajes, de todos los demás usos del lenguaje y cómo
podría reducirlo a lo femenino, vamos estamos locos o qué.
Chus, María Xesús Pato Díaz
(Ourense, 1955), es una de las figuras más importantes de la poesía española
actual. Ha
publicado, entre otros libros de poesía, A ponte das poldras (1996), Heloísa (1998), Hordas de escritura (2008) y
Secesión (2009). Gracias a una edición de Ultramarinos -la misma que tengo en custodia- vuelvo a su obra reunida continuamente
y lo que ocurre es ese diálogo que, en su momento no pudo darse —alguna vez nos
programaron para cerrar juntos un festival de poesía en Cáceres. Desde
dicha ocasión se inició en diálogo que, cada cierto tiempo, retomamos a
orillas de la amistad. Esta entrevista apareció hace algunos años en Backstage: 18
entrevistas (y algunas notas) alrededor de la poesía contemporánea e
incluso, fue traducida gracias a nuestra amiga Erin Moure.
Chus,
escrituras como la tuya, que se construyen en el límite del “poema” con otro
espacio “por aparecer” usualmente son vistas por la crítica como algo
experimental, ¿puede existir la escritura como un ejercicio fuera de la
experimentación?
Desde mi punto de vista el
límite es el propio poema, en el sentido de que es una figura, algo delimitado.
Tal vez el otro espacio “por
aparecer” sea lo que es sin límite, sin figura, sin atributos, lo ilimitado,
eso que es, en el sentido de ser, pero no puede ser leído, ni escuchado por
carecer de letra y de sonido articulado.
Tal vez es a “eso” a lo que
trata de aproximarse el poema, sería el poema, así como una gota de sangre,
algo finito que entra o trata de allegarse a lo que lo es, estaríamos ante un
sublime, estaríamos tal vez ante la poesía, ante algo que vive dentro y fuera
del poema, que le es previo y posterior, que precede y es después del poema,
¿ante la vida?
Tal vez, ante la mímesis.
Escribir un poema es siempre
una experiencia, una experiencia de lenguaje, no veo cómo se puede escribir un
poema sin realizar esa experiencia (trato de ser breve).
Otra cuestión es la relación
de un poema que se escribe hoy en día con las vanguardias históricas.
Señalabas
en una entrevista con Larretxea que lo contemporáneo “nunca es actual” y que
ese retraso imperceptible es lo que hace posible la reflexión, y su urgencia.
¿Esto no convertiría el “poema” (lo entrecomillo) en un espacio “fuera” de lo
literario?
Tendríamos que saber qué
entendemos por lo literario y es algo muy complejo. Si entendemos por
Literatura todo aquello que se escribe, desde los grafitis o las cartas de los
enamorados o enamoradas hasta la ciencia y la filosofía, el poema estaría
dentro, si comprendemos la Literatura como un conjunto de libros que funcionan
como mercancía, mi respuesta es que el poema al igual que los grafitis no
estaría dentro de ese conjunto.
Escribes
teniendo como lengua original el gallego, ¿consideras que este hecho biográfico
ha influido en la forma con la que “miras” e “interpretas” el castellano? ¿El
estar “preso” en un lenguaje no constituye una restricción o cuando escribimos
axiológicamente nos convertirnos en extranjeros frente a todos los idiomas?
No es esta una cuestión entre
idiomas, entre la pareja “gallego/castellano”, el problema es político, una
cuestión de política lingüística y de política en general.
Escribir en gallego es para mí
una decisión libre, el castellano no representa ningún condicionante para mi
escritura, todo lo contrario, es un idioma que puedo hablar y leer, es una
riqueza.
La cuestión y me repito no es
el idioma castellano, es un problema político.
Sin duda el estándar
lingüístico es una cárcel, la captura de nuestra capacidad de hablar y de
escribir y de comunicarnos por parte de las lenguas instrumentales nos hace
esclavas/os; desde mi punto de vista un poema no lo es si no es capaz de romper
esa cadena.
Creo que nacemos extranjeros
frente a todos los idiomas, de hecho, nacemos sin habla, tenemos que aprender a
hablar y esto es una suerte muy grande porque entre otras cosas es lo que nos
permite poder hacerle frente a la axiología de los idiomas como máquinas de
opresión.
Si
fuera así, ¿entonces cada “escrito” se constituiría en la fundación de un
lenguaje?
Yo no hablaría de fundación,
diría que cada persona que intenta escribir poemas tiene que construir un nuevo
decir, una nueva escritura, tiene que poder escribir sobre lo mismo que han escrito
los que le han precedido, pero debe intentar hacerlo desde otro lenguaje, aquel
que él o ella logra.
No hablaría de fundación,
porque no se trata de inventar otro idioma si no de desviar, de desbridar el
idioma de uso y llevarlo hacia lo que nunca se ha dicho…. Y nunca se
dirá/escribirá, evidentemente, pero se escribe y se dice en el poema sin
tregua.
¿Y
esto relativizaría conceptos como el de lo “poético”?
Creo que no, creo que esto es
justamente lo poético, esa capacidad para desviar el uso y llevarlo hacia algo
que celebre nuestra libertad en la lengua y en la escritura.
Algo
que comentamos siempre cuando dialogamos entre españoles y latinoamericanos es
lo poco que nos leemos unos a otros, aunque esto creo ha cambiado en algo.
Si eso os pasa a los que
escribís en el mismo idioma y creo que así sucede imagina lo que pasará con los
y las que escribimos en los otros idiomas del Estado español; dicho esto, algo
está cambiando y ese cambio viene de la mano de los poetas y de las poetas
americanos que viven en la península, tanto en España como en Portugal y
también, ¡cómo no! se debe a la existencia de los flujos de comunicación
electrónicos.
¿Alguna
vez te han hecho notar que tu escritura parece estar más cerca de nosotros, los
sudacas, que de los españoles?
Por supuesto que sí, de hecho,
muy a menudo me preguntan si soy española, yo contesto que soy gallega. No sólo los sudacas, también
los del norte me lo dicen.
Soy lo que soy como persona y
como aspirante a poeta, entre otras cosas, gracias a mis tres abuelos
emigrantes (Cuba y Argentina) siempre he pensado que escribo y soy para un
nuevo mundo.
ahora que todos los poetas del
mundo le cayeron encima
eso
que ese encuentro
sucedería
siempre que estés dispuesta
a encarnarte en tus antepasadas
—¿evolucionará el gallego
hacia una nueva lengua pidgin?
—¿deberíamos explorar la
escritura de una poesía vernácula urbana?
que eso
leer a Paul Claudel
ella
no podría hacerlo
en absoluto
y los ángeles
para morir
besan mis manos
la eternidad no te suplicase:
beber la sangre de animales
recién sacrificados
y al menos una venda para
los ojos
pero ella había pasado toda
su vida entre escorpiones
Lisa
verdadera emperatriz de los
Comunales
y a los Comunales nos
dirigíamos
A Limia es una tierra solar
A Limia es plana
tan plana como las palmas de
vuestras manos
—¿evolucionará nuestra
lengua nacional hacia un nuevo idioma pidgin?
—¿deberíamos explorar una
nueva arte turística rural
para-turística rural?
—¿una novedosa poesía
vernácula-urbana?
esa imagen que recuerdo
mi rostro en el azogue
que se imprime en el espejo
incluso en un sudario santo
y que con tanta claridad
en su ruina
distingo
así como en un tiempo
anterior
nos deshicimos de la
inmortalidad de los dioses por inservible
nos deshacemos hoy de la
eternidad de ese rostro
contemplamos la ruina de la
palabra
en interior de una herencia
la herencia de un tiempo
anterior
en vida
posterior a la evanescencia
el poema testimonia la
destrucción
y brotan en él escaras
escombros de la comunicación
«…en cualquier caso al
servicio de la modificación de la realidad
y no de su descripción»
en la memoria de nuestra
memoria poética
en la memoria
Alondra negra
Pájaro de anís.
(de Nínive)