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martes, 23 de septiembre de 2025

teaser: DIEGO. L. GARCÍA. UN SÁBADO POR LA MAÑANA

 




Se trata de una continuidad y a su vez de un nuevo punto de partida con respecto a Unos días afuera, la antología de mi poesía que editó Pixel en 2023. Después de ese momento de revisionismo, depuré algunas ideas sobre el poema y el ensayo, los géneros que me interesan para explorar. Básicamente opté por darle mayor lugar al disfrute, a la curiosidad genuina y eliminar cualquier tabú con respecto a los materiales. Si bien lo venía haciendo, creo que este libro es un paso más. A veces las obsesiones personales pueden fácilmente autocensurarse, pues la repetición, la redundancia, son elementos molestos para el productivismo de estos tiempos. La demora en lecturas de entretenimiento, el murmullo de la calle, el cine experimental, los videojuegos, las canciones de amor desafían en ese sentido tanto al intelectualismo de pantalla como al poetizar iluminado (por la linterna del iphone). Perderse en la lentitud o velocidad (depende de cómo se lo vea) de un sábado por la mañana me pareció un gesto contra las demandas actuales.

Diego L. García


músicos de sesión
(playlist con una fotografía de Eggleston)


camisas y faldas planchadas

como una línea de melotrón

que se va apagando

poco a poco

(eso que ocurre poco a poco

es siempre precioso).

árboles al fondo. el auto

estacionado sobre una alfombra de mini golf

y el cabello de los dos

que no necesita esforzarse.

cielo gris industrial,

el tiempo es un trapo viejo

en el baúl

una línea roja

inclinada apenas, lo suficiente,

sobre un metalizado crema.

palabras de café,

promesas como servilletas muy finas

que al doblarse

ya se marcan.

es la geometría del cosmos,

argumentará alguien bajo una lámpara

para quemar hormigas

si te fijás bien

el mecanismo es perfecto

con las armonías que cantan

my lips will kiss

y el zapato con medias blancas

es un anexo materno.

diamante residual de navidades

con ruido de papel regalo.

fantasmas de almidón

chasquean los dedos

en medio de la tormenta


una granja, tal vez, detrás

de la arboleda, como las que aparecen

en los poemas de James Wright

y funcionan de lujo,

tanto que sólo podés pensar

en una trompeta de sesionista.

un sujeto puesto ahí

donde el amor y la música

no se dividen



double dragon

cerrás con doble llave

persianas metálicas de double dragon,

pintadas como decoración hasta que acribillan

a un vecino por la madrugada. cantás

y las pastillas para la depresión

aumentan de precio

(el corazón de vaca es un plato valorado acá).

está bien que el ruido de las motitos joda

y revientes el parlante para tirar

al alargue

esa botella con pesos, no digo ingenuidad

pero hay mucho de mí mí mí

en la fila de reproducción.

la TV de la sala de espera pasa

videos de Hong Kong

un sábado al mediodía,

nada que detenga la pedrada,

la furia que sale de pantalla



kelog party

como un agujero negro

este poema absorbe

la mayor parte del trabajo sucio:

vestidos de tucanes gigantes,

detrás del vidrio,

discuten sobre la fiesta cerealista,

actúan como un error de imagen

que me devuelve al desayuno

[las moras descongeladas son mis preferidas!

me gusta ver la vieja estampa

de precios en la caja.

el corte diagonal perfecto]


*foto de Alex Prager