la
voz se borra
se ajusta
al orden ─real, irreal─
del mundo
un pedazo
de tierra, el cielo azul,
eso era lo
importante…
un
artículo llega a hilvanar la luna a tus palabras
un objeto verbal
pleno y luminoso
sin
sombras ni relieves
el azul es tu sintaxis
un azul clarito
hasta las lágrimas
─lo irreal─
la ternura de eso que no llega a la letra
el vislumbre
de esa trama inasible que es la vida inasible
hilar el gesto, el
hálito
la fabla articula una lengua arcaica
hay un
centro de amor manso y feliz
materia frágil
oculta en la madeja sin cabos
materia bruta
─a cara descubierta─
algo
que salvar
el equívoco, lo irreal
o lo
levemente hermético
la plegaria
que se reza sin cesar
(tal vez)
todo
sucede en tiempo real
flores esparcidas por la tormenta
vacilantes,
indecisas, temblorosas
(como
el hielo que está a punto de fundirse)
expresar estas
cosas
esas “otras
cosas”
moverse en esa dirección
colocar
recipientes con agua para los pétalos caídos
a
Seferis
algo aletea en el fondo
─el subsuelo está hueco─
y se escucha esa exquisita
mezquindad
infinita como hormigas
la superficie permanece inalterable
como siempre
a
veces el tono de una voz asoma
ligera, impersonal,
concreta
limpia
y sin herrumbre
y
todo queda dicho
sin decirse
─dijo─
esa es
mi poética
ahora
hay que dejarla secar
a Antonio
Negri
cansada, a tropezones
─hecha jirones─
enfrentándose a sí misma
el dolor en la nuca
el asco
la rabia
“la tensión es un lugar social
que repercute en la
psique”
─esa coherencia alienada─
se impone
desde un exterior
y ahoga
trastorna la propia maquinaria
gato
salvaje al interior
(lo pensó como oración que funciona)
el sabotaje
que en lo íntimo
recupere
el hilo flexible de la vida
la confianza
y ese estar tranquila por
dentro
adentro
se trata tal vez de una torcedura,
de lo inestable
del
miedo a lo oblicuo
se trata de saber si se puede estar
a la vez en estado de
alerta y duermevela
─pero ella no
tenía un anillo de plata─
(la elíptica, la lejana)
y el mundo incrustado
sin saber
de eso se trata
remiendos
y un mundo
que se abre porque sí
la palabra
“niño” queriendo ver
como el ciego que sonríe y
recuerda
─ojo inservible
en una lengua plena─
la palabra
queriendo hacer
monólogos paralelos se
entrecruzan en un punto imposible
en un mundo tan mal
interpretado
reúne más de pura belleza las dotes de
tu corazón
la palabra “niño” la palabra del sueño
buscando la
semilla de una lengua más dulce
(Tomados de la antología a punta de boca,
Editorial Nautilus, España)
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