En este segundo ensayo (práctica, ejercicio, acercamiento, alejamiento, intento), me detengo a pensar en uno de los componentes del cuerpo humano. En Tomo, lo esbocé sin cuidado, con una ligera despreocupación por lo justo; me refiero al cerebro, que en este, digamos, Tomo II, es el centro. Hay algunas diferencias entre los tomos:
1. En el segundo sí hay signos de puntuación.
2. Los poemas en el primero pueden verse difusos.
Los textos a continuación, son una suerte de diálogo con el lóbulo frontal . ¿Por qué esto me resulta interesante? Últimamente, me interesa escribir lo que quisiera leer. Nada tiene que ver el tema, pero sí la forma. Cambia constantemente el modo en que me relaciono con el lenguaje, con la palabra. Admito que he buscado algunos métodos para tejer una idea escrita, para saber cuándo es necesario el verso –en mi caso–, o entender cómo funciona la depuración, incluso, desecharlo todo.
- FRONTAL*
cómo supiste aparentar la inercia; una capacidad velocísima
para interpretar que el ojo habita en la sequedad, o aquel
reflejo minucioso por despistar al insecto de la cara. quién
adiestró en ti el impulso, hacerlo parecer una nobleza de la
repetición, de la sombra.visitaste las puertas de lo ordinario, supiste que las voces
a tu alrededor te allanan al retiro: unos pasos más allá,
más lento, más rápido, alguna sincronía aparente; decisiones
implícitas del cuerpo.te enteraste de lo posible, la salida a la discusión sobre quién
se lleva la última rebanada. te enteraste de lo imposible:
cómo se decanta el vestigio de la noche, hacia dónde llevar
al cuerpo ante el peligro de los paseantes; el significado de
la lluvia, atroz entre momentos, su servicio entre las ramas.escuchaste en tu memoria –como quien se mece en la
experiencia–, los ecos de la balanza que rechina con un
grano de sal, una hebra de algodón en contrapeso.acciono mi similitud con el agua, un viento noble encuentra
sus vocales en el rostro que llevo, el color que atestigua las
fauces, algunas arrugas en los párpados.en un tiempo podía entregar lo blando de este cuerpo,
convertirlo en dimensiones de olas, simulación de aleteos,
comisura en la boca de los astros.si no es de encima, ¿de dónde surge este fluir de la materia?
pienso, sí, en las líneas que soportan mi estructura:
interiores se asoman tras la hendidura, y despiertan
destellos, armonías que comunican.todo es tan exacto. escondido está quien lo permite.
pero dices que el camino es este que te invoca el
comportamiento. supiste comprender el resultado definitivo
tras la palmada, el paso en falso, la forma de mover las
manos, aquello que medita las palabras, tu postura ante los
otros.después, entendiste que aquello que lleva el cuerpo es tu
deseo de elegir de esta manera. sabías que antes de pisar
con fuerza, o voltear la tortilla con las manos, reposaba
tu absoluta premeditación.¿acaso vas a soltarlo?
viene de ti, es cierto. viene de ti esa ola, algunos le dicen
pensamiento gesticulado. viene de ti el mantra de las cosas,
quien le otorga sonido al pensamiento, y ese mismo sonido
es un hilo amarillo que nos cruza y se niega a ser palpable,
aunque su cuerpo es capaz de propiciar un beso o destruir
la tierra, todo cuanto conocemos.viene de ti, es cierto, aunque nadie se detenga a recordarlo.
entonces no viene de ti, es de ese cuerpo y esa cara, es de
esa lengua y esos labios que antes parecían estar dormidos.
y esa voz, la hondura de los pequeños seres que ahora han
sido revelados para interpretar los abismos.y ahora, ¿por qué te escondes? ¿creíste que no vendría a este
oculto? la pequeña intimidad que atesoras no es más que un
terrible desvanecimiento, un compartir lo solo en medio de
tus intentos por no destrozar el cráneo.antes que todo sucediera ya sabías quién podías ser. ahora
despiertas; inmaculado el deseo por expandir secreciones,
movimientos fuera de lo ordinario, y susurras a todos tus
miembros, o fugacidades en la memoria aquello que ya
sabías.a través de ti –canción minuciosa–, viene una semilla, un
gesto, una locura terrena por seguir las vértebras del tiempo.
* Al descubrir las funciones del lóbulo frontal, el sentido de estos poemas se revela. Sin embargo, si leemos fuera de contexto, a lo mejor, estos textos puedan referirse a otra cosa.