(el pensamiento quiere estar solo)
el pensamiento quiere estar solo, sus animales juegan, como si la belleza escogiera sus instantes. La humareda del cráter se eleva en columnas (...), el hervor de la lava desconoce su propio resplandor. Lo mirado no espera ser mirado, entiende la pausa, la cólera, la muerte, y dice: “no pasa nada” (gesticulando)
(poema con dos versiones inseparables)
(2021)
la noche se avecina, y sólo me queda la llama de esta vela (el padre muerto, los hijos idos, los nietos lejos, los hermanos ausentes, los amigos no eran amigos), la llama de esta vela, la llama de esta vela
(2024)
la noche se avecina, pero tengo en la mano esta vela encendida: el padre adentro, los hijos vivos, los nietos creciendo, los hermanos pendientes, los amigos presentes, en esta vela encendida, ESTA VELA ENCENDIDA
(tus oídos no escuchan)
tus oídos no escuchan solamente lo que quieren escuchar. Tus oídos son tuyos, pero no los puedes cerrar. TUS OÍDOS NO SON TUYOS. Tus oídos escuchan lo que no quieren escuchar, como una pulsación, una pulsación, una pulsación
(si te entumece el frío)
si te entumece el frío, no te acerques a la parte de la brasa convertida en ceniza. Allégate a un calor que aún conserve el rastro de algún sistema circulatorio, porque la ceniza boquea, ahogada en su propio polvo, y la sequedad que comparte: te asfixiará
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