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viernes, 12 de septiembre de 2025

CELESTE DEL CARPIO BRAMSEN. ARCOS METROPOLITANOS

Celeste del Carpio Bramsen (Lima, 1997), Arcos metropolitanos (Lima: Personaje secundario, 2024).  La autora vive en Dinamarca desde el 2004.  Poeta encantada.  Libro que de inicio a fin sostiene su nivel.  ¿Cuál es éste?  Hacer de este mundo cruel un paisaje de chocolate al cual inmediatamente devoramos, tan ansiosos como estamos de comer poesía y no únicamente escuchar quejas, frustraciones, tentaciones de ensimismamiento y, en general, al “pantano del mí”.  Ni, tampoco, claudicaciones a la escritura: nuestros esfuerzos en la materia constituyen inevitable palimpsesto, atravesamos en poesía una inevitable edad de hierro.  Por el contrario, todo se halla, en este extra-ordinario primer poemario de Celeste del Carpio Bramsen, vivo y convocante y como recién nacido; y el medio por el que se interactúa aquí con el lector son los sentidos o, tal como en César Vallejo, el pensamiento convertido de antemano en tacto: el guante del lenguaje dado vuelta.  Uno se pregunta, este envejecido poeta indaga, ¿en qué fuente abrevó la poeta toda la naturaleza –“y cada uno de sus granos de arena”– de un solo sorbo y para siempre?  

PEDRO GRANADOS EN: http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/2025/05/11/celeste-del-carpio-bramsen-arcos-metropolitanos/

 



Fotografía de Isabel Muñoz

1

 Yo, que suelo regresar a casa coronada
de malas noticias, que me he reconciliado
con mi error y al examinar largamente
mi vida no he encontrado en ella
ninguna proeza, que soy de virtudes escasas
y lentas, te entrego este libro escrito
para diferenciar la mentira del sueño.
El sueño trabaja en lo suyo. La mentira,
en cambio, es un poder discrecional
que espero percibas en la textura religiosa
de mis versos. Es un libro con intenciones
sobre ti, pues no sé escribir de otras cosas.
Hay en él hechos ocurridos y hechos inventados
pero recuerda que la resurrección también
miente. Ha sido sometido a severas
correcciones. He reunido estas páginas
para que no se pierdan entre mi mesa
y nuestra cama, entre el cuarto de lavado
y las fauces de los incineradores.
Recíbelas como una carta bajo la puerta,
el radical amanecer de la ciudad vacía,
la rata que huye del barco para no volver nunca

 

 

3

 No, este no es mi país,
en mi país la velocidad del dolor es diferente,
más lenta porque avanza cargada de presagios
para que aplaque mi natural furor,
para no confundir ese sueño implacable
de ventanas dispersas con los lugares físicos
de mi experiencia. Preparada para este lugar
donde la velocidad del dolor es igual
a la de los vientos, cortantes e irónicos,
preparada, como quien espera el alba
durmiendo vestida, para recibir la buena fe
de la ortiga , la lucidez de la estrella
marina, el morbo del dardo que no impacta
en el blanco, y otros signos de la vida,
inciertos, prometedores y furtivos
como una forma nueva de volver a casa.

 

 

11

 El frío ha desaparecido. La realidad irrevocable
es ahora su propia premonición, regresas cansada
como yo, sin prepararnos en cuerpo y espíritu
para lo que ocurrirá: la paranoia por el apocalipsis
en tu caso, las artes de la oscuridad que me impiden
dar con la cerradura del departamento en el mío.
Conocemos bien la tristeza y sus pálidos ejes,
los injustos contratos del silencio, aquel infierno
particular repleto de relojes, pero también el amor,
estéril como un camino que se desvía, urgente
como las drogas que transportamos en la guantera
del automóvil para calmarnos, drogas romboides
que florecen y brindan paz. Eres intratable,
deliciosamente intratable, una roca viviente,
el punto de no retorno, las siemprevivas  sobre la mesa.

 

 

 40

 La verdad cambia con las estaciones. Un otoño
que cumple las leyes del invierno dentro del laberinto
de la tarde, manteniéndonos en la oscuridad,
sabiendo de los desacuerdos entre la luz y la sangre:
si una entra en contacto con la otra significa
que las cosas andan mal. La oscuridad desplaza
sus requerimientos hacia las membranosas aduanas,
hacia los tatuajes del Estado y otras instituciones
que mantienen este país de pie en esta época
tan fría y silenciosa donde la desmoralización
es un peligro que no debemos tomar a la ligera.
Hacemos uso de nuestro repertorio humano
y entonces restablecemos el calor que nos falta.
También preguntamos la hora en nuestros sueños
para encontrarnos puntuales cada mañana
al despertar. Afuera, un árbol en la ventisca,
autolesionándose como una amarga adolescente.

 

 

                                                                                                                                                                                                                          Fotografía de Isabel Muñoz

43

No hay películas que ver, salimos al bosque.
Es lo mejor de vivir en este pueblo: la sabiduría
baila esbelta entre los árboles, el abrazo de la noche
ha llegado muy temprano. En el cartel de entrada
puedes mirar cómo se balancean los acantos 
del alfabeto. Me acompañas temerosa
porque merodea la tormenta pidiendo la hora
a los transeúntes, solo para despistar. La luna
resulta a esta hora un sol esquizofrénico
bajo el que te hablo de proyectos que jamás
concretaré, pero no hay películas que ver,
ya sabes que lo calculado no me conmueve,
pero quizá no eres lo bastante inteligente
para comprenderlo como deberías y me siento
terrible de solo pensarlo. Hemos entrado
a los huertos del bien y el mal, en los irreprochables
colores de la oscuridad, solo para besarnos,
por el puro gusto de retirar nuestros labios.
Regresamos a casa sin pensar en el día siguiente:
sabemos bien que tendremos mucho tiempo
para elogiar nuestras formas sensibles y espirituales
y gozar de nuestras edades no demasiado altas


BACKSTAGE: CHUS PATO: «NACEMOS EXTRANJEROS FRENTE A TODOS LOS IDIOMAS».



 —No considero que la poesía sea el lenguaje de la mujer—aclara en una entrevista,  Chus Pato a Eloy Rubio Carro. La poesía es el lenguaje de los hombres, de las mujeres, de los transgéneros. ¿Cómo se va a reducir la poesía a lo femenino? Es algo que a mí no me cabe en la cabeza. La poesía es precisamente aquello que nos acerca al momento en que la especie sapiens no hablaba, cuando comienza a hablar. Pienso que la poesía es la matriz de todos los demás lenguajes, de todos los demás usos del lenguaje y cómo podría reducirlo a lo femenino, vamos estamos locos o qué.

 Chus, María Xesús Pato Díaz (Ourense, 1955), es una de las figuras más importantes  de la poesía española actual. Ha publicado, entre otros libros de poesía, A ponte das poldras (1996),  Heloísa (1998), Hordas de escritura (2008) y Secesión (2009).  Gracias a una edición de Ultramarinos -la misma que tengo en custodia- vuelvo a su obra reunida continuamente y lo que ocurre es ese diálogo que, en su momento no pudo darse —alguna vez nos programaron para cerrar juntos un festival de poesía en Cáceres. Desde dicha ocasión se inició en diálogo que, cada cierto tiempo, retomamos a orillas de la amistad. Esta entrevista apareció hace algunos años en Backstage18 entrevistas (y algunas notas) alrededor de la poesía contemporánea e incluso, fue traducida gracias a nuestra amiga Erin Moure.

 

Chus, escrituras como la tuya, que se construyen en el límite del “poema” con otro espacio “por aparecer” usualmente son vistas por la crítica como algo experimental, ¿puede existir la escritura como un ejercicio fuera de la experimentación?

 Desde mi punto de vista el límite es el propio poema, en el sentido de que es una figura, algo delimitado.

 Tal vez el otro espacio “por aparecer” sea lo que es sin límite, sin figura, sin atributos, lo ilimitado, eso que es, en el sentido de ser, pero no puede ser leído, ni escuchado por carecer de letra y de sonido articulado.

Tal vez es a “eso” a lo que trata de aproximarse el poema, sería el poema, así como una gota de sangre, algo finito que entra o trata de allegarse a lo que lo es, estaríamos ante un sublime, estaríamos tal vez ante la poesía, ante algo que vive dentro y fuera del poema, que le es previo y posterior, que precede y es después del poema, ¿ante la vida?

 Tal vez, ante la mímesis.

 Escribir un poema es siempre una experiencia, una experiencia de lenguaje, no veo cómo se puede escribir un poema sin realizar esa experiencia (trato de ser breve).

 Otra cuestión es la relación de un poema que se escribe hoy en día con las vanguardias históricas.

 Señalabas en una entrevista con Larretxea que lo contemporáneo “nunca es actual” y que ese retraso imperceptible es lo que hace posible la reflexión, y su urgencia. ¿Esto no convertiría el “poema” (lo entrecomillo) en un espacio “fuera” de lo literario?

 Tendríamos que saber qué entendemos por lo literario y es algo muy complejo. Si entendemos por Literatura todo aquello que se escribe, desde los grafitis o las cartas de los enamorados o enamoradas hasta la ciencia y la filosofía, el poema estaría dentro, si comprendemos la Literatura como un conjunto de libros que funcionan como mercancía, mi respuesta es que el poema al igual que los grafitis no estaría dentro de ese conjunto.

Escribes teniendo como lengua original el gallego, ¿consideras que este hecho biográfico ha influido en la forma con la que “miras” e “interpretas” el castellano? ¿El estar “preso” en un lenguaje no constituye una restricción o cuando escribimos axiológicamente nos convertirnos en extranjeros frente a todos los idiomas?

 No es esta una cuestión entre idiomas, entre la pareja “gallego/castellano”, el problema es político, una cuestión de política lingüística y de política en general.

 Escribir en gallego es para mí una decisión libre, el castellano no representa ningún condicionante para mi escritura, todo lo contrario, es un idioma que puedo hablar y leer, es una riqueza.

La cuestión y me repito no es el idioma castellano, es un problema político.

 Sin duda el estándar lingüístico es una cárcel, la captura de nuestra capacidad de hablar y de escribir y de comunicarnos por parte de las lenguas instrumentales nos hace esclavas/os; desde mi punto de vista un poema no lo es si no es capaz de romper esa cadena.

Creo que nacemos extranjeros frente a todos los idiomas, de hecho, nacemos sin habla, tenemos que aprender a hablar y esto es una suerte muy grande porque entre otras cosas es lo que nos permite poder hacerle frente a la axiología de los idiomas como máquinas de opresión.

 Si fuera así, ¿entonces cada “escrito” se constituiría en la fundación de un lenguaje?

 Yo no hablaría de fundación, diría que cada persona que intenta escribir poemas tiene que construir un nuevo decir, una nueva escritura, tiene que poder escribir sobre lo mismo que han escrito los que le han precedido, pero debe intentar hacerlo desde otro lenguaje, aquel que él o ella logra.

No hablaría de fundación, porque no se trata de inventar otro idioma si no de desviar, de desbridar el idioma de uso y llevarlo hacia lo que nunca se ha dicho…. Y nunca se dirá/escribirá, evidentemente, pero se escribe y se dice en el poema sin tregua.

 ¿Y esto relativizaría conceptos como el de lo “poético”?

 Creo que no, creo que esto es justamente lo poético, esa capacidad para desviar el uso y llevarlo hacia algo que celebre nuestra libertad en la lengua y en la escritura.

 Algo que comentamos siempre cuando dialogamos entre españoles y latinoamericanos es lo poco que nos leemos unos a otros, aunque esto creo ha cambiado en algo.

 Si eso os pasa a los que escribís en el mismo idioma y creo que así sucede imagina lo que pasará con los y las que escribimos en los otros idiomas del Estado español; dicho esto, algo está cambiando y ese cambio viene de la mano de los poetas y de las poetas americanos que viven en la península, tanto en España como en Portugal y también, ¡cómo no! se debe a la existencia de los flujos de comunicación electrónicos.

 ¿Alguna vez te han hecho notar que tu escritura parece estar más cerca de nosotros, los sudacas, que de los españoles?

 Por supuesto que sí, de hecho, muy a menudo me preguntan si soy española, yo contesto que soy gallega. No sólo los sudacas, también los del norte me lo dicen.

 Soy lo que soy como persona y como aspirante a poeta, entre otras cosas, gracias a mis tres abuelos emigrantes (Cuba y Argentina) siempre he pensado que escribo y soy para un nuevo mundo.


 

ahora que todos los poetas del mundo le cayeron encima

 

eso

que ese encuentro

sucedería

 

siempre que estés dispuesta a encarnarte en tus antepasadas

 

—¿evolucionará el gallego hacia una nueva lengua pidgin?

 

—¿deberíamos explorar la escritura de una poesía vernácula urbana?

 

que eso

leer a Paul Claudel

ella

no podría hacerlo

 

en absoluto

 

y los ángeles

para morir

besan mis manos

 

la eternidad no te suplicase:

beber la sangre de animales recién sacrificados

y al menos una venda para los ojos

 

pero ella había pasado toda su vida entre escorpiones

 

Lisa

verdadera emperatriz de los Comunales

 

y a los Comunales nos dirigíamos

 

A Limia es una tierra solar

A Limia es plana

tan plana como las palmas de vuestras manos

 

—¿evolucionará nuestra lengua nacional hacia un nuevo idioma pidgin?

 

—¿deberíamos explorar una nueva arte turística rural

para-turística rural?

 

—¿una novedosa poesía vernácula-urbana?

 

esa imagen que recuerdo

mi rostro en el azogue

que se imprime en el espejo

incluso en un sudario santo

y que con tanta claridad

en su ruina

distingo

así como en un tiempo anterior

nos deshicimos de la inmortalidad de los dioses por inservible

nos deshacemos hoy de la eternidad de ese rostro

contemplamos la ruina de la palabra

 

en interior de una herencia

la herencia de un tiempo anterior

en vida

 

posterior a la evanescencia

el poema testimonia la destrucción

 

y brotan en él escaras

 

escombros de la comunicación

 

«…en cualquier caso al servicio de la modificación de la realidad

y no de su descripción»

 

en la memoria de nuestra memoria poética

 

en la memoria

 

Alondra negra

 

Pájaro de anís.

 

(de Nínive)

 

jueves, 11 de septiembre de 2025

JASMÍN CARMINA. DESDE AQUÍ TODO ES FIN

 


Los poemas que constituyen el universo de mi libro «Desde aquí todo es fin»,   manifiestan la inquietud, casi una ansiedad, por crear un universo ficcional que pretende reflejar la historia conflictiva, caótica y aún doliente del Perú. Y más que proponer alguna historia bien contada o un refinamiento de la historia oficial de nuestro país, el libro pule antiguas preguntas y propone algunas nuevas sin ningún afán de ofrecer una respuesta directa o complaciente. En esta historia mal contada ríos, la pampa, campesinos, soldados y la misma guerra dan testimonio de su papel dentro de ella, muchas veces, y sin darse cuenta de ello, entretejen la ternura y la violencia en sus discursos. Parte de la escritura proviene de la revisión de archivos de la memoria, especialmente de testimonios recogidos por el LUM así como poemarios que llegaban a mí de una forma desordenada y que, por lo tanto, se manifestaron en el libro de la misma forma. Todo ello me permitió crear un Perú que cruzaba su geografía con otras, y de la misma forma su lenguaje. Por ello es que el libro manifiesta testimonios a través de la palabra y la imagen, sumando el desconcierto o la comprensión, dependiendo de quién lo lea.
JASMÍN CARMINA


eMBAJADA ZÚRICH

 

La orbe de diosa

pampa pampita de glucoso ñuqchu dubitando en un eje de metaloides y estrellas Allí mismo, un reino de guerrero

Vorágine y humanidad

Una sola amistad,

Las otras espadachines de utilería limeña

que tajan el amazónico ande ¡Oh vengeful blade! ¡Oh sweet vengeful! Y así,

Ojeando

/Silencio/ ojeando

Dejan todo a la vigilia, capsulados en una lacrimógena venenosa, dos ojos por dos que miran y se desangran

Otras de ellas, sensuales y estúpidas

tensan la pupila un kilómetro atrás /allá entre Pizarro y la ficción/

Regurgitando en fotogramas a la parida andina en peñazcos de arena ¡Oh Zúrich, de dónde no más! ¡Llamar diosa a una pléyade campesina de verbo mudo, de críos zafios y apeonados! ¡Ella diosa de una urbe vorágine, selva que no es selva, ciudad que no es ciudad! Entonces qué

¡Oh Zúrich! Esta montañosa cadena de dioses disecados confunde la frontera ¿Dónde empieza Lima y dónde termina Ayacucho?

¡Fuck!

- ha asesinado al Ausangate en nombre del guerreo, atravesado por kilométrica

dinamita en la boca del Apu ¡Ooh civilización, deja de verbar, un siglo de calma!

/Silencio/

Cae la cuerda del contrabajo

/Silencio/

aquí muere la lengua que tanto ha luchado contra el ruido, jilguero de espanto. Silenciar la historia del guerreo, del terrorismo chino, de Zúrich piadoso... Aquí solo queda el ruido de la sintaxis limeña, la voz de cojudo que se baña en ñuqchu indigena y almendras ordeñadas. Por qué silencias tanto tu pulmón atravesado por la pólvora ¿Acaso no puedes hablar sin tu cuerda laríngea?

¡Oh Zurich!




TESTIMONIO DE LA CANDELA MATERNA 

Señores, yo pues voy a contarles a ustedes los rincones del mundo que he caminado para recuperar el cuerpo fragmentado de mi hijo. A ese mi hijo me lo quitaron por nombrarlo, fue su nombre condena de su desaparición y célula jilquérica que ahora no sabe cómo detenerse, por ese motivo no voy pronunciar su nombre. Yo no vengo con ninguna mentira acá, solo con el cuerpo que he arrastrado por años. Así pues, mi hijo fue traído a este mundo como un ser completo, no hacía falta sed o sequía, pero aquel día, amaneciendo el dieciocho de junio penetraron mi casa. Allanaron con el agua marina, que por primera vez saboreé, la casa que mi marido y yo extendimos de la tierra cuando nuestro hijo perdió su primera extremidad. Nos sacaron en la noche con la marea de cresta lunar, de los pelos nos jalaron hasta el patio, y con sus balas hablaron en una lengua que no comprendía bien,

¿Dónde está la cartilla de este apestado? diciendo. Ahí fue cuando mi maldita boca aprendió a responder en esa lengua polvórica. “Papacito, mi hijo perdió su lengua en una pelusa del cardo. No puede decir su nombre” diciendo. Entonces con sus bocas ladraron golpes al cuerpo de mi hijo que todavía sostenía su ser, y diciendo así yo pensé que lo soltarían “Su nombre es 1534, yo misma me lo he traído a este mundo. A mi hijo no le hagan nada, si quieren carne llévenme a mí” diciendo.

Aquella noche se lo llevaron, yo desperté en el piso viendo como la noche se iba persiguiendo a los sinchis, no sé porqué pensé en el mar.

 

 


 

 

Los días siguientes fueron pura bajada, mi cabeza avanzaba más antes que yo buscando proximidades contestatarias. Dejé Huanta con la punta del paladar aún metaleando el día anterior, como sintiendo el sabor sanguíneo en pleno yodo. Desde entonces mi lengua no encontró silencio ni quietud, solo costumbres chaccheantes. Cada día parlar parlar parlar, esperando alguna respuesta que no hace más que darme la espalda. Cuando llegué al primer puesto acuático de La Mar y pregunté por mi hijo, me dijeron “Aquí no está, debe estar en el puquio de Denver, dos pisos más abajo”. Y así bajé yo a Denver, donde encontré un telar de hombres y unos cuantos brazos mal cocidos, de ahí también me botaron un piso más abajo “Aquí no han traído ese nombre, debe estar en el puesto marino de Cangallo”.


Así bajé yo hasta donde el mundo se convierte en catarata. Nunca llegué a ver el mar del que tanto decían los sinchis. Desde allá abajo solo queda la subida

 

 

 

 

De tanto desgastar el paso yo solita me hablaba “¿Dónde no más estará la respuesta? ¿Por qué la duda? Dios me ha abandonado. Ahora mi útero está vacío y mi único hijo se volvió un par de líneas malformadas que nadie sabe reconocer” diciendo. Así subía mi cabeza adelantando mis pies, sus pensamientos juglarinos nublaban mi vista, el aguijón hambriento de la urbe. De pronto, en el apartado “Infiernillo” del cañón de Colorado, quinta esquina ovoide de la médula de Dios, encontré las primeras diez almas que ahora ya deben haber caído del mundo. Sus cuerpos confundían su materia con la de los otros ¿de quién era la mano que reposa al lado del ñuqchu del otro? Nada parecía pertenecer a uno mismo, todo era otro. Y otreando lo ajeno, empecé a restaurar lo que habían sido así no más un hombre, un caballo, un jinete y el cielo. Fueron nueve almas reconstruidas pero la última era pura ausencia, le faltaba todo: lo de arriba, lo del costado, lo de adentro. Ese era mi hijo, o al menos una parte.

 

 

 

CHUSCHI  ^ DENVER 

 

[<>]

La inmensidad guirnalda

Está noche Denver ha garuado en mi ventana, silenció el flaco susurro que todavía se resistía La vida se agiganta dos noches más

Esta noche he vivido un río a su lado, la historia del Amazonas de inicio a fin, hasta ser la cantuta estelar chilena.

 

 

[-]

Crespas del germen polvórico,

subieron al cielo inmensas almas abandonadas en la tierra de Chuschi. Y Denver siguió lloviendo.

 

 

[--]

El soldado N° 2580 de la división de acuáticos y demás,

dubitó tres veces antes de pisar al último gogorgillo desmemoriado que saltaba de uno de los 4057 perros ahogados

 

 

[---]

“Me aqueja el recuerdo, hay demasiadas voces aquí” “yes, and?”

“Arde la carmina de mis labios, nosotros nos llamábamos yo antes de ti” “glass and other, we and you”










 



Teaser: DIEGO ALEXANDER PAIVA. MOSCAS Y CANABRIOS

 


M
oscas y canabrios
 es una expresión poética contra las formas hegemónicas del decir, del propio lenguaje. Al yo lírico, Salvador Zavala, no le interesa conquistar el poder desde la poesía ni señalarlo desde fuera, sino sabotearlo desde adentro, tensando el lenguaje, contaminándolo, haciéndolo reír. La palabra busca ser un zumbido o un aleteo. Y este deseo, esta búsqueda de libertad y de tono lúdico, lucha contra su propia alienación al encontrarse con diversos territorios de poder.


Las moscas representan el habitar la herida, lo que incomoda, lo que persiste aunque se lo quiera aplastar. Las moscas sobrevuelan lo podrido, pero siguen ahí. Les gusta el olor a mierda. Los canabrios, en cambio, son invención: híbridos, bastardos, una suerte de comunidad sin linaje ni redención. Son criaturas sin timón, intertextuales, dispersas, más libres, pero también más encerradas en sus propias referencias.


El libro tiene un tono lúdico, mezclas de géneros, referencias callejeras, pop, religiosas, filosóficas, universitarias, escatológicas. Me interesaba la capacidad del lenguaje en deformarse, de sonar raro, de resistirse. Todo esto en diversos contextos, distintas realidades. Una ternura sucia que va habitando y jugando con las distintas formas de poder. El yo lírico va encontrando su espacio, su propia autonomía está en constante juego ahogándose o llenándose de intertextualidad a medida que va avanzando la obra. Alejarse del Yo sucio, mosca, y entregarse a los Otros, habitarse en el canabrio, buscaba resaltar la ambigüedad moral de una voz que no puede escapar del propio poder de sus ambiciones, consecuencias ineludibles de lo colectivo.

Diego Alexander Paiva



 

y me dicen ayyy alado hincha como pus

el nada desperdicio el nada cuento

el sin chuzo Dios el sin cerro

soba asimétricas

AUNQUE TE EXTREMEN

paga

 

 

 

GRITA <<??????????????????????????>>

                                                    lo asesina dada Re

                                                                              Cola

                                                                     Hacen de

                                                            Cola AHHHHH

                                                         HUAYNO PROLE

                                           AH

                                                          HUAYNO PROLE

         Da Da Da            ASNA                  FUCK I SAID
                        FUCKER DONT START SHIT!

<<???????????????????????????????????????????????>>
                     COME, COME FUCK APART IN HERE!

 

 

 

aunque careces de la cosa que es perceptora de ti, de la muerte a la santa paloma sacra y de los zumbayllus y de la lectura constitucional del awajún: qué risa me das. qué gracia me das buscando la palma de tu verso en otra integral. sígueme por aquí y cuando camines serás droga, ola tántrica y estrábica, y tu ensoñación será tina, cosiendo las danzas y aromas de chela en el desvío más perro y más costeño de tu ciudad

que amas porque es tuya.





zappa llal rachi acho chanchos ratos

cosiendo las danzas        y apendizando a cola      AGUAJAL

con lo que nos costó venir    mocho    la próxima los matas

que se vaya                 que SE vaya

 

 



GoD LeSS

                                                                                    you

¿Te parece poco?

Los vientres como anatema

Sudado el ojo

                                      <<(//Así//)>>


                                                      Así se hace el espanto


Si Semmelweis entiende el claustro como una copa de algodón

                                                            Yo la entiendo con descuento

    <<Y Sabía      que haría       <<falta>>           un nombre>>


                                                   Entonces


    Luz es el acomodo pélvico extrapolado en diez alabanzas

    Hermana es la virgen sombra que serpentea ataraxia

   Dasein es el cortometraje que hizo mi amigo

                y no significa nada más que eso


En la INT. X. NOCHE - CONFESIONES


Los dos mentirosos se miran ante la clama y exaltan el intersticio

de sus vidas y el parque es azul decorado con cuadros de terocal

y sus cuerpos bien vestidos no derrumban ninguna moral y no es

                                                                                                     <<mía>>

   Si a Ollé le dijera que: al mismo himen = no he roto dos veces y a

Zurita = yo // que los malos son el sur y a Efraín Huerta (…) que oía

el alma, pero yo llevaba                                                             el poema

Y a Chabuca Granda que la amo                     y a que YO le deje decir

                                                             YO

                                   He bebido todo mi azúcar

                                                         Varela

                                                         Nadie

                                                    Pero Nadie

                                               La quiso probar

                                                                                                        FADE OUT